Despierta,
se asombra,
sacudida la ilusión.
Parto de falsos imposibles,
oscura razón.
Ánimas de un día,
plegaria desilusión,
por esa escueta fanfarronería impía,
ha quedado sin algún perdón,
la ausencia de toda discreción.
Bartolomeo ahí quien veo,
en una esquina absorbido,
en abrojo de pensamientos,
encontrados en la hora de su resurreción,
de lo que fuera una muerte anunciada por una traición.
Sin embargo todavía imcompleta,
nos vamos de ésta vida,
habiéndola vivida,
más amarga que plena.
Llenos de esos sueños rezongosos
que siempre ahondan la picazón,
por no haber tenido la experiencia,
de habernos embebido de los sabores íntimos,
que emanara su cuerpo sudoroso y desnudo
en el lecho de la pasión.
Hoy ten en cuenta, te encuentras taciturno,
divagando por la creación,
la tierra arando en diurno,
por campos fértiles de la imaginación.
El tic tac, tic tac del reloj,
marcha sin detención,
a algún lado desprovisto de todo dolor.
Sin más se abruma el que respira,
ahora en éste incesante calor.
Sin logros y nefastas, quimeras furtivas,
Soslayas al caminar por los senderos oscuros,
del oleaje del trafalgar.
Íntimas piernas que por su andar torneadas,
sin desvirtuar alcanzan añoranza de un vivo recuerdo.
En la alborada y enfocadas, así embelesadas,
en un ligero tormento a la vez soñoliento,
aparecido de entre cién y cién,
hallánsen en tareas delegadas por un no se quién.
Tan desapercibidas se bañan en riachuelo,
arrastradas por temores,
a falta de auto-conocimiento más bién,
hacen que los días en evocar se conviertan,
cómo si quisieran revivir, lejanas remembranzas,
que una vez vida tuvieran
en el entorno de sus sueños
cómo trance en la nada.
Copyrights, Leon Jaime Villegas
August 14,2011
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