Renuncio a todas las pérdidas y
amarguras que me embargan,
todas ellas creen poseerme,
pero: "Yo no soy suyo, yo soy mío".
Vale la pena decretarlo en blanco y negro
para que brille y se cristalice ese sueño
anhelado y entrañable,
tan amado,
sin vanidades ni tapujos a contemplar
desde la vitrina del alma donde fulgen
los ojos y uno se siente libre y capaz de
empoderarse para crear y escribir lo que
complazca sin resentimiento alguno y
sin perjudicar a sus semejantes,
mas sí plasmar el ardiente deseo de exaltar
poéticas letras que brotan de lo profundo del
corazón que supone y hace honor al sencillo he
humilde propósito de vida que se cree y sueña
en versos escritos.
John Bisner.
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