cuida no pisar la sombra
que un pelín te pertenece
a tus pies está tu sombra
hasta que tu ser fenece
es fiel igual que un perro
sigue a ti encadenada
yo quién fue que ató las sombras
nunca he sospechado nada
los caballos y los robles
hacen sombra, y a las flores
y a los niños y al anhelo
se la dan los sufridores
y la Luna - nos oculta
a ladrones y poetas
y en eclipses nos encubre
en las sombras más secretas
y la mar, tan venerable
lleva sombra en toda ola
hasta que naufragando
queda nuestra alma sola
sombras, sombras infinitas
nos acosan el camino
y si acaso transgredimos
nos sombrea el destino
sólo Cristo está sin sombra
ni de otros ni la suya
los creyentes se la piden
con amén y aleluya...
(Traducido por Paul Abucean)
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