Cuando me tocó salir al mundo
Como mi destino exigía
La felicidad quedó en casa
Ya que pasaporte no tenía.
Es así en el país de nadie
Buscan en tu sangre en la aduana
Para que no salgan escondidos
Géneros de índole humana.
Sólo me han dejado la añoranza
Y el fatal deber de ser poeta
Es por eso que ando revisando
Almas con mi mente indiscreta.
¡Ay, hermanos! ¿Dónde está la dicha?
¿Por qué me persigue el pesar?
Se ha quedado en casa, pues no tiene
Pasaporte la felicidad.
(Traducido por Paul Abucean)
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