Abre la ventana y escucha al ruiseñor del rey David,
Su canto ecclesial añora su presencia,
Su harmonía eriza al indigente,
Su melodía despierta al desamparado.
Abre la ventana y escucha al ruiseñor del rey David,
trae un manto del pelo de camello,
la dulce fragancia de miel silvestre,
Y narra la muerte de Juan.
Desde los bajos de Galilea su labio sacro,
grazna ante la llegada del messiah,
proclama la edificación de Jerusalén,
Y su canto certidumbre anhela la llegada de Dios.
Quien es este ángel que relata la historia de Herodías?
Que trae su cabeza en plato doloroso,
Que lamenta en crepúsculo del ocaso,
cuco de la ceguera celestial.
Soy Querube taimado,
Renacido a cantar la sabiduría de Solomon,
mensajero que clama desde el desierto exiliado,
A proclamar el perdón de los pecados,
Y bautizarse en el Espíritu Santo.
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