Una mísera aguja cose un paño de oro,
Un manto lleno de estrellas esparcidas,
Su hilo muere al borde del decoro
y deja en suspenso sus promesas.
A medida que pasa el tiempo,
Y la carne del cuerpo se descompone,
El alma va puliendo su fundamento,
Mientras la mano su arte abandone.
Las estrellas se apagan,
Y el oro se convierte en cobre,
Y mis recuerdos ya no me halagan,
Sólo mi trabajo navega sobre.
Mientras la carne se pudre,
El arte en los siglos perdure.
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