A semejanza de la luz de nuestros días
los negros heraldos saludaron a Goya
en el sórdido mundo de los reyes bobos;
el baile y la alegría parecían reales,
sólo la guadaña era verdad.
Pero ahora sin arte
hay una sucia paz como en aquellos reinos;
aquí gobiernan con una uña
los que miran y ven todos los cuerpos.
¿Escapar hacia donde?
¿Desentrañar qué idea?
¿Gritar llamando a quien?
Es Munch caminando sobre un puente
hacia ninguna orilla.
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