En el viaje de la vida es necesario
visualizar nuestros sueños.
Esto implica poner a volar nuestra imaginación,
sentirse como aves que vuelan y son libres.
En ese volar, lo infinito del cielo nos muestra las posibilidades,
las lluvias, los vientos fuertes
y el sol, los obstáculos que tal vez tenemos que vencer para lograr nuestros sueños.
Muchas veces nos centramos en los obstáculos
y no disfrutamos el viaje,
las aves nos enseñan que la meta no tiene sentido
sino disfrutamos el viaje.
Esto implica concentrarnos en nuestro sueño.
Respetar el sueños del otro.
El fin no es la meta, sino que cada experiencia suma a el logro de la misma.
Que para lograr nuestras metas no debemos afectar al otro.
Los logros alcanzados de manera inadecuada no trascienden y quedan como simples viajes, donde no se logro ni sabiduría ni formación.
Caminar por la orilla del mar,
Mirar su profundidad y compararla contigo.
Tan difícil de explicar,
tan extenso al caminar.
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Retratar el cuadro de la vida sin perder el contexto
implica asumir el ser integral
que habita en cada uno de nosotros.
Un ser que clama su libertad, aunque este libre.
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Vivir y no vivir
monotonía e hipocresía, una lucha constante
de sobrevivencia social y política,
muchas veces anulantes del la humanidad del ser humano.
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Quisiera cantar, que libre yo soy,
quisiera soñar, que lejos estas,
pero es increíble, atrapas mi mente
y es sorprendente tu presencia en mi.
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